Hola chicas, tuvimos la oportunidad de escuchar su ponencia en Design Matters México el pasado mes de Enero. Su plática nos movió mucho, ¿nos platican un poco más sobre su historia?
¿Cuál es la historia detrás de Tipas Type? ¿Cómo comenzó todo?
Nos conocimos en la maestría, ahí hicimos click y al terminar el programa decidimos formar el estudio juntas. Las razones que nos llevaron a tomar esa decisión fueron varias, entre ellas que al tratarse de una alta especialización, no existían muchos espacios para trabajar en diseño de tipografías, al menos en latinoamérica, por lo que creímos que debíamos formar nuestro propio espacio (hackear el sistema) y forjar un camino que no existía al momento. También buscábamos promover el trabajo femenino en nuestro campo, ya que sobre todo al principio nos topamos con espacios y gente que negaba la existencia de trabajo de calidad producido por mujeres.
Finalmente, buscábamos hacer equipo, impulsarnos entre nosotras mismas, desde luego seguir aprendiendo, mejorar y alcanzar reconocimiento profesional.
¿Por qué eligieron el camino del diseño tipográfico? ¿Qué las motivó?
Dafne: En la carrera de Diseño Gráfico había que elegir una especialización y en mi caso fue Diseño Editorial. Me gustó mucho generar estructuras y sistemas, así como resolver problemas específicos. También aquí tuve mi primer acercamiento a la tipografía, el cómo funciona y cómo se usa. Aún saliendo de la escuela muchas cosas seguían siendo un misterio para mí, pero al conceptualizar la tipografía como una herramienta indispensable, mi curiosidad fue aumentando, por lo que sentí la necesidad de estudiar más al respecto. Comencé a practicar y estudiar caligrafía por varios años, algo que aún hago, comprendí conceptos como el ritmo, el espacio entre letras, el ductus, etc. También tomé cursos sobre tipografía, aunque de una manera menos seria. Finalmente me decidí por realizar la maestría en Diseño Tipográfico, sólo para darme cuenta que aún había muchas cosas por aprender, para este momento sabía que quería trabajar con tipografía, pero además quería hacerla.
Sandra: Inicié en Medellín dictando la cátedra de Tipografía y para ello investigué mucho, pero con el tiempo me di cuenta que no quería solo saber usarla o conocer los detalles históricos, sino saber hacerla. Este deseo me lo despertó mucho el libro de Karen Cheng, Designing Type, donde Cheng aborda un análisis comparativo de formas tipográficas y muestra proyectos de sus estudiantes. Si bien veía lo que allí presentaba no entendía lo que veía, no entendí las decisiones del diseñador… Entonces me acerqué a estudiar la maestría en Diseño Tipográfico con la esperanza de entender. Sigo aprendiendo.
¿Cómo abordas un nuevo proyecto? ¿Qué es lo más importante para comenzar?
Creo que lo más importante para comenzar es cuestionar el problema, conocer y entender el proyecto, además de recopilar toda la información necesaria para tener un panorama que sea lo más completo posible.
¿Quién es el cliente ideal de Tipas Type?
El cliente ideal para nosotras es aquel que reconoce el valor del trabajo que hacemos, que comprende que al contratarnos se hace de un equipo más que de un prestador de servicios, que confía y que nos permite crear juntos grandes soluciones para sus problemas específicos.
¿Tienen algún mantra personal?
Dafne: Como estudio quizás: si no existe me lo invento.
Sandra: La lucha más grande es encontrarse.
¿Cuál es su definición personal de hacer un buen trabajo?
Dafne: supongo que satisfacer las necesidades del cliente o proyecto que muchas veces este mismo puede ignorar, hacerlo de la manera más eficiente y eficaz posible, sin desperdiciar recursos. Poner algo de una misma, dar un servicio amable y empático, y si es posible dar un pequeño extra.
Sandra: Con el tiempo y la experiencia puedo dar una definición que aunque no es una certeza, en una verdad en construcción: un buen trabajo es un proyecto que me hace feliz y me lleva a innovar o darle un giro a las cosas y que además cumpla con unos mínimos, en mi caso esos mínimos incluyen cumplir los plazos que ambas partes nos impusimos, claro, somos flexibles, esto del diseño es un proceso humano y por eso la comunicación efectiva es fundamental y de este modo resolver cualquier problema que surja con acertividad. Otro aspecto de un buen trabajo es que los procesos que emprendamos satisfagan a ambas partes, nos ayuden a construir juntos un buen proyecto, y finalmente el respeto mutuo por el papel que cada uno juega en el proyecto, ganarse esa confianza hace que el diseño salga adelante de la mejor forma, que sea, en definitiva un buen trabajo.
¿Cuáles son sus intereses personales en este momento de tu vida?
Dafne: mis intereses en este momento se centran en seguir construyendo y seguir construyéndome, pero creo que me enfoco también en mi bienestar personal. Siento que mi carrera ha crecido bastante en los últimos años y que mi conocimiento y dominio de mi especialidad ha alcanzado un nuevo nivel pero también que puede mejorar y ampliarse, por lo que me concentro en ello, sin embargo también tengo otros intereses que me relajan y me permiten crear desde mis hobbies, hago cerámica y nado, cocino en casa y trato embellecer mi entorno, trato de disfrutar más de mi familia y mis amigos y darme un espacio personal cada día, eso me ha cambiado mucho la salud y la mente.
Sandra: con el tiempo me he dado cuenta que que mi trabajo no es mi vida, no me malinterpretes, amo lo que hago, llevo toda mi vida forjándo una trayectoria en diseño y en tipografía, pero también puse en riesgo mi salud mental, así que hoy en día mi prioridad es trabajar ese aspecto, para ello además ir a terapia, me gusta promover en mis redes sociales recomendaciones literarias (especialmente sobre diseño), me gusta leer y compartir esa parte de mi vida con otras personas; amo hacer pasta casera (bienvenidas por si se animan acá les hago ravioles); mis mañanas las dedico a nadar, y me distraigo cuidando a mis plantas y mis gatos.
Cómo creativas, ¿cómo describirían la participación de mujeres en la industria?
Dafne: Prolífica y variada. Creo que las limitantes con las que crecemos nos obligan a buscar respuestas creativas para malabarear no solo el día a día sino labores específicas, también es cierto que esas mismas limitantes nos obligan a esforzarnos más para ser reconocidas y aun cuando puede ser algo negativo, el resultado suele ser muy positivo ya que los estándares del trabajo de las mujeres suelen ser bastante altos. Finalmente, he notado que tendemos a generar comunidades y redes de apoyo que nos permiten trabajar mejor en equipo y generar cosas muy interesantes.
Sandra: La participación de las mujeres ha ido en aumento en las últimas décadas, pero todavía hay desafíos que enfrentar. Históricamente, la industria ha estado dominada por hombres, y las mujeres a menudo han enfrentado barreras para entrar y avanzar en estos campos. Es un poco desconcertante que nuestro liderazgo aún está en entredicho, teniendo en cuenta que en las universidades, son las mujeres las que más lugares ocupan, pero al momento de entrar al mercado laboral, de crear estudios o ser directoras creativas, nuestra participación flaquea.
A pesar de esto, muchas mujeres han hecho importantes contribuciones al diseño gráfico y la tipografía. Por ejemplo, diseñadoras como Paula Scher, Irma Boom, Jessica Walsh y Ellen Lupton se han ganado un lugar muy importante a nivel internacional por su trabajo innovador y creativo. A nivel latinoamérica necesitamos impulsar más iniciativas de promoción y difusión del trabajo de grandes diseñadoras, para que estas también formen parte de este selecto grupo que es referente mundial, y no es por falta de talento, existe una plétora de mujeres talentosas, por mencionar algunas: Vanessa Zúñiga Tinizaray, Marina Garone, Fer Cozzi, Aline Kaori, Cyla Acosta… y la lista sigue y sigue.
Desde mi perspectiva, existe una necesidad continua de promover la diversidad e inclusión en la industria y del mismo modo brindar más oportunidades a las mujeres. Esto incluye fomentar el acceso a la educación y la formación en diseño gráfico y tipografía para mujeres y personas no binarias y asegurarse de que estas tengan igualdad de oportunidades en términos de empleo, salario y promoción.
¿Cómo crees que será el futuro para quienes orbitan la industria tipográfica en México?
La tipografía, la caligrafía y el lettering han tenido un boom y el interés por profesionalizarse en tipografía también es creciente, mismo que se ha visto reflejado en un aumento en la oferta educativa especializada gracias los programas en línea, no sólo educación básica sino en estudios especializados.
De igual manera, los casos de tipografías custom para renombradas y grandes empresas se leen cada vez más. Esperamos que esto devenga en un mejor entendimiento y aprovechamiento de la tipografía como la poderosa herramienta que es y en la valorización de la misma para generar una mayor demanda.
En cuanto a la industria aún hace falta educación más sólida en cuanto a uso tipográfico para nuestros estudiantes y diseñadores gráficos como primeros usuarios y consumidores de fuentes. Así como en las agencias de diseño es necesario que conozcan la herramienta tipográfica con suficiente entendimiento como para valorar y aprovechar las posibilidades que puede ofrecer para su trabajo e incluirlo en planes de branding, por ejemplo.
En general la producción tipográfica ha aumentado en los últimos años. Cada día son más los diseñadores mexicanos que publican sus fuentes en diversas fundidoras, trabajan para empresas nacionales o en el extranjero con temas referentes al diseño de fuentes o desarrollan proyectos custom. Aunque aún no es comparable con los países europeos o inclusive el mercado argentino.
¿Qué cosa sabes ahora que hubieses deseado saber antes?
Dafne: en mi caso personal pase mucho tiempo de mi vida sintiéndome insegura respecto a mis capacidades y limitaciones (y muchas otras cosas personales), ha sido un proceso en que he aprendido a valorar y explotar mis habilidades sin miedos, o con miedos pero con arrojo, a reconocer mis limitaciones y trabajar en ellas sin pena. Me hubiera gustado ser consciente del verdadero valor en mi trabajo y mis capacidades y no tener que pasar por este proceso, pero al mismo tiempo creo que ha sido precisamente ese proceso el que lo ha enriquecido todo, es decir, es la vida misma y quizás lo que llaman glup! madurez 😛
Sandra: quizás hubiera deseado un proceso menos accidentado donde en lugar de tener que enfrentarme a situaciones difíciles solo por ser mujer, me habría sido más útil enfrentarse a otras situaciones por ser una profesional sin miramientos de género, pero como dice Daff, es el proceso el que me configura como soy. En todo caso, tener las herramientas emocionales e intelectuales para crear un espacio laboral sano, me habrían podido ayudar a solucionar cosas con mayor asertividad.
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