A veces extraño la pandemia. ¿Has escuchado esta expresión antes? Y aunque es un tema bastante sensible (muchas personas perdieron seres queridos en esos tiempos, siquiera es necesario hacer un paréntesis para aclarar, una absoluta tragedia) algunos pocos tuvimos la oportunidad de descansar y bajar el ritmo como nunca antes lo habíamos logrado. Quiero platicarles mi experiencia personal con este cambio radical de rutina.

A veces me pregunto ¿Cómo lograba atender 8 reuniones por día? Pues no tengo idea de como lo hacía, pero así se veían todos mis días antes del 2019.  Ah, y las reuniones eran presenciales mayormente. Hoy a unos cuantos años de eso,  me doy cuenta que ese sentimiento de estar permanentemente ocupada no es tan gratificante como pensaba. Llevar una rutina tan intensa y demandante por tantos años, me hizo entrar en un periodo de cansancio severo y agotamiento físico y mental. He leído y visto varios nombramientos para este sentimiento. Pero me siento cómoda llamándolo cansancio.

La única manera que encontré de recuperar mi energía habitual fue cambiando mis hábitos. Dejé de fumar, por ejemplo, y aunque era algo que hacía poco en comparación con otras personas, descubrí que el cigarro me generaba muchos problemas para conciliar el sueño. El uso excesivo del celular antes de dormir o incluso durante el día, falta de hidratación e incluso comer demasiado en la calle. Pasé a hacer pequeños ajustes en mi rutina como comer con más frecuencia en casa, tener horarios específicos de uso de redes, aplicar aromas relajantes en los espacios donde pasó más tiempo, mantener mi espacio de trabajo y personal despejado, caminar o hacer cualquier actividad física por más breve que sea. Todo eso es darle amor a tu rutina y a tu cuerpo, es como auto abrazarte y apapacharte. Descubrí lo maltratada que me sentía, y aparte que era un maltrato auto infligido.

Como todo, este es un proceso que nunca termina, identificar que puedes mejorar esos pequeños hábitos siempre es un primer pequeño paso. Pero hoy me siento feliz y satisfecha con la calidad de rutina que estoy regalándome. La energía es algo que hay que cuidar, es como la calidad de aire que respiramos, o el agua que bebemos, literalmente nuestra rutina gira alrededor de la calidad de energía que tenemos en ese momento. 

Así que a cuidar nuestra energía perritxs, que ella nos cuida a nosotros.